Microrrelatos, microtextos, microficciones, nanocuentos, breves, pensamientos...
sábado, septiembre 20, 2008
¿Qué putas puedo? Jaime Sabines
Sus dos pies...

Sus dos pies
sostienen
un cuerpo
añejo,
descalza
camina
hambrienta
de amores,
herida
en llagas
recorre
la vida
buscando
los cuentos
contados
hace años
en busca
de pruebas,
pero no
descubre
su vida
anterior,
su historia
escrita
con rimel
describe
una mujer
pasional,
la joven
anciana
presiente
un pronto
declinar
y sólo
contempla
arrugas
en su piel,
en llantos
transita
la senda
del temor
a morir
sin saber
cómo fue.
José Daniel.
Imagen: http://dondetelleventuspies.blogspot.com
miércoles, septiembre 17, 2008
Dedicatoria - Leopoldo María Panero

Más allá de donde
aún se esconde la vida, queda
un reino, queda cultivar
como un rey su agonía,
hacer florecer como un reino
la sucia flor de la agonía:
yo que todo lo prostituí, aún puedo
prostituir mi muerte y hacer
de mi cadáver el último poema.
De "Last River Together" 1980
viernes, septiembre 12, 2008
sábado, julio 26, 2008
La cuerda cortada (Bertolt Brecht)
miércoles, julio 23, 2008
Noches de cascabel

Noches de cascabel y hadas, duendes, gnomos y cañas.
Seré el innoble dormido vicioso en los insomnios de los miedos: miedo a un sin ti, y sin ti hasta luego, que para morir es mejor estar solo. En las noches, la enfermedad horaria me abarca, me aprisionan las dudas cayendo lágrimas de metal lascivas en mi almohada mojada que no tiene culpa.
Noches de sueños y cascabeles, credos, monsergas y rezos.
Jdpalma.
sábado, julio 19, 2008
Confesión (Charles Bukowski)

Esperando la muerte
como un gato
que va a saltar sobre
la cama
Me da tanta pena
mi mujer
Ella verá este
cuerpo
blanco
rígido
Lo zarandeará una vez y luego
quizás
otra:
...Hank...
Hank no
responderá.
No es mi muerte lo que
me preocupa, es mi mujer
que se quedará con este
montón de
nada. Quiero que
sepa
sin embargo
que todas las noches
que he dormido a su lado
Incluso las discusiones
más inútiles
siempre fueron
algo espléndido
Y esas difíciles
palabras
que siempre temí
decir
pueden decirse
ahora:
Te amo.
Charles Bukowski
jueves, julio 17, 2008
Cuántas veces...
en el silencio del agua mansa,
al final de un callejón con cinco arcos sin salida,
en el margen de una travesía
solitaria, has dejado caer tus llantos.
Unas manos cubren tu rostro, otras te apresan,
te sostienen, nos sujetan con astucia
terciopelo y, un segundo después, se evaporan
sin saber que el roce ha calado en nuestro interior
como una señal que perpetua un recuerdo.
Manos invisibles que alrededor bailan
como vientos implicados de dulzura en el discurrir
de un juego de niño. Escondite para unas caricias
envueltas en papel traslúcido, albas, espirituales,
próximas y nobles que no hace falta ningún
vestigio para encontrar aposento tan protegido.
Pero me dirás -y no te culparé- que no hay nadie, que el mundo
sucumbió un día de noviembre bajo el manto de hojas muertas,
y que tu cuerpo, tu tacto, y tu desnudo silencio
sigue sin hallar el roce de esta levedad.
No sufras, lo que ahora se presenta ciego
y amargo para el sufrimiento de tus llagas en el abismo,
se fortalecerá con el ahínco de esas manos que no
invento porque soy tú, soy él, somos nosotros.
El hombre por y para el hombre, y digo hombre,
no superhombre y sus circunstancias.
José Daniel Palma
martes, mayo 20, 2008
Fuego, paz y muerte
