sábado, septiembre 20, 2008

¿Qué putas puedo? Jaime Sabines

¿Qué putas puedo hacer con mi rodilla,
con mi pierna tan larga y tan flaca,
con mis brazos, con mi lengua,
con mis flacos ojos?

¿Qué puedo hacer en este remolino
de imbéciles de buena voluntad?

¿Qué puedo con inteligentes podridos
y con dulces niñas que no quieren hombre sino poesía?

¿Qué puedo entre los poetas uniformados
por la academia o por el comunismo?

¿Qué, entre vendedores o políticos
o pastores de almas?

¿Qué putas puedo hacer, Tarumba,
si no soy santo, ni héroe, ni bandido,
ni adorador del arte,
ni boticario,
ni rebelde?

¿Qué puedo hacer si puedo hacerlo todo
y no tengo ganas sino de mirar y mirar?



Jaime Sabines

Sus dos pies...


Sus dos pies
sostienen
un cuerpo
añejo,
descalza
camina
hambrienta
de amores,
herida
en llagas
recorre
la vida
buscando
los cuentos
contados
hace años
en busca
de pruebas,
pero no
descubre
su vida
anterior,
su historia
escrita
con rimel
describe
una mujer
pasional,
la joven
anciana
presiente
un pronto
declinar
y sólo
contempla
arrugas
en su piel,
en llantos
transita
la senda
del temor
a morir
sin saber
cómo fue.



José Daniel.

Imagen: http://dondetelleventuspies.blogspot.com

miércoles, septiembre 17, 2008

Dedicatoria - Leopoldo María Panero


DEDICATORIA


Más allá de donde

aún se esconde la vida, queda

un reino, queda cultivar

como un rey su agonía,

hacer florecer como un reino

la sucia flor de la agonía:

yo que todo lo prostituí, aún puedo

prostituir mi muerte y hacer

de mi cadáver el último poema.



De "Last River Together" 1980

Fotografía: José Daniel Palma

sábado, julio 26, 2008

La cuerda cortada (Bertolt Brecht)


La cuerda cortada puede volver a anudarse,
vuelve a aguantar, pero
está cortada.

Quizá volvamos a tropezar, pero allí
donde me abandonaste no
volverás a encontrarme.

Bertolt Brecht

Versión de Jesús Munárriz y Jenaro Talens

miércoles, julio 23, 2008

Noches de cascabel


Tú me regalas un cascabel, dos estrellas y un champú de huevo, mientras viajo en este mundo de babel y doy, doy muchos palos de ciego. No sonarán en las noches de farra los pies cansados del caballo, ni te rozarán mis callosas manos porque siempre tu voz me aparta.

Noches de cascabel y hadas, duendes, gnomos y cañas.

Seré el innoble dormido vicioso en los insomnios de los miedos: miedo a un sin ti, y sin ti hasta luego, que para morir es mejor estar solo. En las noches, la enfermedad horaria me abarca, me aprisionan las dudas cayendo lágrimas de metal lascivas en mi almohada mojada que no tiene culpa.

Noches de sueños y cascabeles, credos, monsergas y rezos.



Jdpalma.

sábado, julio 19, 2008

Confesión (Charles Bukowski)





Esperando la muerte

como un gato

que va a saltar sobre

la cama


Me da tanta pena
mi mujer

Ella verá este
cuerpo
blanco

rígido

Lo zarandeará una vez y luego

quizás

otra:

...Hank...

Hank no
responderá.


No es mi muerte lo que

me preocupa, es mi mujer

que se quedará con este

montón de

nada.
Quiero que
sepa

sin embargo

que todas las noches

que he dormido a su lado


Incluso las discusiones

más inútiles

siempre fueron

algo espléndido


Y esas difíciles

palabras

que siempre temí

decir

pueden decirse

ahora:


Te amo.


Charles Bukowski

jueves, julio 17, 2008

Cuántas veces...

Cuántas veces,
en el silencio del agua mansa,
al final de un callejón con cinco arcos sin salida,
en el margen de una travesía
solitaria, has dejado caer tus llantos.
Unas manos cubren tu rostro, otras te apresan,
te sostienen, nos sujetan con astucia
terciopelo y, un segundo después, se evaporan
sin saber que el roce ha calado en nuestro interior
como una señal que perpetua un recuerdo.
Manos invisibles que alrededor bailan
como vientos implicados de dulzura en el discurrir
de un juego de niño. Escondite para unas caricias
envueltas en papel traslúcido, albas, espirituales,
próximas y nobles que no hace falta ningún
vestigio para encontrar aposento tan protegido.
Pero me dirás -y no te culparé- que no hay nadie, que el mundo
sucumbió un día de noviembre bajo el manto de hojas muertas,
y que tu cuerpo, tu tacto, y tu desnudo silencio
sigue sin hallar el roce de esta levedad.
No sufras, lo que ahora se presenta ciego
y amargo para el sufrimiento de tus llagas en el abismo,
se fortalecerá con el ahínco de esas manos que no
invento porque soy tú, soy él, somos nosotros.
El hombre por y para el hombre, y digo hombre,
no superhombre y sus circunstancias.


José Daniel Palma

martes, mayo 20, 2008

Fuego, paz y muerte



En el lecho de su muerte, una pluma estilográfica y un cuaderno de notas amarillento. Nunca le tuvo aprensión a la muerte, sabía que su futuro o su destino era cuestión de una búsqueda más intensa por el mundo real. En el velatorio, ningún paisano, ningún familiar, ni siquiera aquellos que en algún tiempo le habían animado a seguir con esa excéntrica vocación, siempre caminando contra corriente, bajo apodos e insultos disfrazados de hipocresía.
El cuerpo presente, su pasado narrado en tercera persona y el transcurso de las horas previstas antes de la incineración hacían más espeluznante el lienzo de su adiós. Y llegó el momento, la despedida final y ante la mirada atónita del personal funerario, últimos testigos contratados, se levantó con lágrimas serpenteando sus mejillas, recogió su pluma y su cuaderno, arrojándolo dentro de su propio ataúd que junto a todos sus libros y manuscritos prendieron de forma furiosa, llenando de luz la habitación y de angustia mi alma, escapé entre las letras ordenadas de su último micro.
José Daniel 2008

sábado, mayo 17, 2008

Haiku I


Cripta de acero,
sobre unos ojos lasos
llueven cristales.

José Daniel

martes, marzo 04, 2008