martes, diciembre 07, 2004

A veces

A veces, el paso del tiempo no es suficiente para borrar tu nombre ni los jocosos llantos vertidos en los versos. Lo difícil de un recuerdo desembarca en la arena clandestina avivando en la penumbra las sombras; el hilo transparente que amarra tu presencia se tensa, ahogando la voz que dice: debes continuar sin ella.
El sentido de la palabra amor fallece, resucita, fallece, y de vez en cuando, se graba enjaulada por donde pasó. Quieta-perenne, esa huella fusila mis labios pronunciando tus labios; tortura al pasado presente por el único camino que conozco en la vida; ajusticia al indigente corazón romántico en prisión preventiva desde tu huida, y poco después, al llegar al acantilado, vagan múltiples solicitudes de reencuentro que por supuesto no acepto, pues he aprendido a llorar.
jdpalma

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