Volarán hacia esa luz cegadora, mis sueños rotos; recorrerán los eclipses más lejanos, mis pies descalzos; descansarán con luciérnagas amigas, mis venas rojas; pujarán por mi timidez desnuda, mis ojos súplicas...
Todo es una quimera,
oculta en esta playa mágica
de arenas movedizas que quema
obsesionando mis pasos despojados,
enturbiando el destino marcado en mis uñas:
salpicaduras de brasas invisibles que penetran,
unos pies descalzos
náufragos en la tierra,
amantes de luces y sombras,
quiebran
una
imagen
maestra
enmudeciendo
rápido
al poeta
José Daniel.
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