Para soportar el hierro candente de la pasión
tendríamos que darnos un minuto mágico más,
para vibrar en la cúspide del orgasmo final
tendríamos que embriagarnos con alevosía .
Para narrar nuestras quimeras erotilascivas
tendríamos que taponar la primitiva moral ,
para nadar en el juego del amor pervertidos
tendríamos que vacilar entre el tú y el yo.
Para llegar y repetir el llegar extasiados
tendríamos que bautizarnos con fluidos sacros,
para no mirar nunca atrás y avergonzarnos
tendríamos que superar nuestras desconfianzas.
Para analizar los días sin sexo natural
tendríamos que vendarnos los ojos y los dedos,
para terminar con amor y plena necesidad
tendríamos que satisfacer el tiempo de celo.
(Para todo esto del amor y el sexo, sólo tu y yo)
José Daniel
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