viernes, enero 28, 2005

Arrojé


Arrojé
los tropiezos de la vida
- siete razones, siete grilletes-
en un lago ileso del hombre:
último reducto de paz
donde su tenebrosidad se deleita
con los guiños de amor de una esfera.

Deposité
las sandalias del pescador
-dos caminos, dos líneas-
en un paraíso clandestino del mundo:
principio para el regreso
donde la libertad siempre se cruza
con los reflejos de su luz eterna.

Algún día
me arrojaré depositando mi cuerpo y mi alma,
sin más epitafio que tu llanto.

José Daniel


1 comentario:

Rafael dijo...

Hola amigo¡:
Una delicia leerte, un escrito personalisimo, de esos que cada escritor necesita sacar afuera de vez en cuando, quizas para calmarse, para aliviarse, porque le da la gana o le apetece, porque quiere compartirlo, por...mil cosas, el caso es que creo que ambos pertenecemos a ese rincon de inacostumbrados a este mundo en el que no terminamos de encajar...
Un saludo...ah, he visto la revista literaria de sensibilidades, hacia mucho tiempo que no la veia y me gusta, esta muy bien, asi que si todavia perteneces a el, saludalos de mi parte...
Un apreton de manos para Extremadura¡