Un grupo anarquista de sentimientos deambula entre barricadas y manifestaciones subversivas arruinando la monótona vida de los duendes guardianes del amor. Son numerosas las bacterias que lo integran, circulan a su libre albedrío por la sangre que se contamina, poco a poco, con pancartas de celos. ¡Malévolos gusanos! Han hecho trincheras para dar caza y muerte al perfume con el que embriagas las noches de juegos perversos y caricias yermas. ¡Malditos los días y sus noches! Encarcelada está tu imagen, eres presa y travesura para ellos.
Te considero mi única posesión tangible porque estoy arruinado de paz y sosiego. Mía, solamente mía…
Hace tiempo que no descanso. Mientras los ojos se cierran, los siento recorrer mi cuerpo en un desorden organizado, en una continua lucha callejera por llegar al cerebro y activar al hombre pernicioso que disfraza al personaje familiar y aburrido. Hoy, sin ir más lejos, han arrojado doce cócteles molotov, todos impresos con otro nombre de varón; han incendiado cinco papeleras con panfletos revolucionarios solicitando una explicación de tus salidas continuas. Y sigo aquí, postrado en esta línea que separa el suicidio del asesinato, sin argumentos para seguir engañándome porque sé que un día abrirás esa puerta, tu libertad, y no mirarás para atrás. Y si miras, -¡oh, si miras!-, será para reprocharme los días nublados y las tardes ocres con las que te he obsequiado.
Corrompido estoy…No quiero que la noche se cierre porque tengo miedo de ellos…
jdpalma.
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