Necesitaba más tiempo, mucho más. Preparar el selectivo con todas las garantías de éxito me vinculaba a estar sentado delante de los apuntes durante mucho más tiempo, y yo estaba enamorado, nervioso, interiormente ido. Necesita más tiempo, mucho más...
La prueba se suspendió durante tres semanas, faltaba el Tribunal y nadie sabía de su paradero. Fue un error de precisión, un error en el cálculo del tiempo el que me delató, quedándome a las puertas de todo, quebrantando mis ansías de una conquista, mis ganas de acceder al sueño de mi vida: la abogacía. Ellos murieron bajo mi guadaña, ella desapareció...
La prueba se suspendió durante tres semanas, faltaba el Tribunal y nadie sabía de su paradero. Fue un error de precisión, un error en el cálculo del tiempo el que me delató, quedándome a las puertas de todo, quebrantando mis ansías de una conquista, mis ganas de acceder al sueño de mi vida: la abogacía. Ellos murieron bajo mi guadaña, ella desapareció...
Ha pasado tiempo, mucho tiempo, y desde esta ventana cerrada contemplo que tengo más que suficiente. Me sobra tiempo, ahora lo tengo, es mío, mientras espero la llegada de los profesores de la Universidad Nacional a Distancia para terminar la última asignatura, y quizás, de paso, entregar la matrícula para una segunda carrera: mi libertad.
Texto: José Daniel
No hay comentarios:
Publicar un comentario