viernes, abril 08, 2005

Inconciencia reclusa

Las lágrimas

nunca recorrieron mis mejillas,

flotaron en mi ventana

a la deriva, sin rumbo,

como el último barco de papel

arrojado entre tus pechos

desnudos en la mar, mientras se hundían,

para siempre,

nuestros días.


Ahora, tú,

libertad que me arrastras a las arenas,

a la inconciencia reclusa

del recuerdo,



donde los días

que buscas no encuentras,

donde los ojos

que ves no son los que ves,

allá,

donde el hombre

que visteis desolado no es libre

porque es el que llora


al abrir esta ventana con barrotes de castigo

por no haberme hundido con ella.



Texto: José Daniel.
Imagen 1: Zoe Wiseman.
Imagen 2: Yuri Bonder.

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