Tú me regalas un cascabel, dos estrellas y un champú de huevo, mientras viajo en este mundo de babel y doy, doy muchos palos de ciego. No sonarán en las noches de farra los pies cansados del caballo, ni te rozarán mis callosas manos porque siempre tu voz me aparta.
Noches de cascabel y hadas, duendes, gnomos y cañas.
Seré el innoble dormido vicioso en los insomnios de los miedos: miedo a un sin ti, y sin ti hasta luego, que para morir es mejor estar solo. En las noches, la enfermedad horaria me abarca, me aprisionan las dudas cayendo lágrimas de metal lascivas en mi almohada mojada que no tiene culpa.
Noches de sueños y cascabeles, credos, monsergas y rezos.
Jdpalma.
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