Asoman mentiras en nuestro jardín
y aún no es primavera.
Las noches, amor,
se tiñen ebrias de silencios
desligando gemidos nebulosos
y garúas intangibles de sueños.
Los días pincelan esmaltes protectores,
barnices para porcelanas que deambulan
sobre precipicios de falacias.
La alianza quema,
incendian anulares deshaciendo efemérides:
marcas de agujas perennes para la evocación
de azules proyectos con propaganda subliminal.
Es hora de romper cáscaras famélicas;
separar arpones de estacas etéreas;
vivir uniseparados sin acritud.
¿Por qué no sincerar palabras
mientras el carámbano seca las mentiras?
(Afloran amaneceres en nuestro edén
y aún no te he hallado...)
José Daniel.
No hay comentarios:
Publicar un comentario